Telescopios es una banda cordobesa que irrumpió en la escena musical en el año 2013. Anteriormente tres de sus cuatro integrantes formaban parte de un proyecto de raíz folclórica, llamado Tierra Mojada, lo cual les permitió darse a conocer como músicos.
Pasado un tiempo – conversación mediante entre sus integrantes- cambiaron de nombre, y volvieron, en palabras de ellos, al pasado, a sus orígenes de rock y pop en los que se habían formado.
Independientes desde el vamos, Telescopios lanzó su primer single «Un Tiempo sin hablar» en junio de ese año, haciendo referencia a ese impasse que hubo en el pasar de un proyecto musical a otro.
Doble de Riesgo, el último trabajo discográfico de esta banda tiene claros tintes spinetteanos pero también un cierto toque de vaporwave, que logra transmitir un estado que hace hincapié en lo atmosférico.
Antes de su presentación en Club Paraguay, conversamos con Rodrigo Molina, bajista y cantante de la banda.
– Si bien empezaron en 2013 bajo el nombre de Tierra Mojada. ¿Les costó asumir que ese proyecto había alcanzado un límite y cómo hicieron para que eso tenga un resultado positivo?
¡¡¡ Uhhh!!!! Mira que loco, hacia mucho que no pensaba en esa etapa. Fue medio natural, como que estábamos tocando los temas de Tierra, habíamos sacado el disco y en el medio de ese proceso empezamos a componer cosas nuevas que no cerraban en esa estática sonora.
Eran cosas que tenían que ver más con el pop o con el rock. Las estructuras eran otras y las maquetas de los temas ya tenían otros instrumentos – como teclados y bajo- ; en ese proceso nos dimos cuenta que era otro proyecto y que había que renombrarlo. Eso nos tomó un tiempo hasta que nos dimos cuenta que eso tenía que ser así. Hablamos con los chicos y decidimos cambiarle el nombre. Era como empezar un poco de nuevo y no tanto porque Tierra Mojada nos había ayudado a darnos a conocer en Córdoba.
– ¿Fue complicado llevar adelante ese cambio?
No fue difícil pero si enroscado. No teníamos nada para perder. Nos tomamos un tiempo para procesar la idea de que era así y listo.
– En esa cuestión que tienen las empresas discográficas – que tenemos también lo periodistas -de encasillar la música en un género ¿Encontraron en el pop una mayor flexibilidad para las nuevas composiciones que estaban haciendo?
Es como más natural en nosotros este tipo de creatividad. Nosotros, venimos de chicos que tienen un estilo que va más al pop y rock. No es que nos criamos escuchando folclore, sino que escuchábamos mas pop y rock. Charly Garcia, Spinetta, Pink Floyd, etc. Casi todo por nuestros entornos familiares.
En el momento en que nos conocimos con Nicolás y Bernardo estábamos en la facultad, muy compenetrados con la guitarra criolla e investigando muchos géneros del folclore muy modernos como hacía Aca Seca Trío, Puente Celeste y fue un momento e donde esa música nos atrapó mucho.
Componíamos en esos estilos pero fue como que después fuimos volviendo de a poco para atrás, casi como una necesidad. Todos ya habíamos tenido un montón de bandas y en todos los casos esos proyectos tenían más que ver con el rock y el pop.
– Hace algunos ya que en Córdoba se está dando una movida bastante grande en cuanto a las fechas para tocar, los lugares pero también la manera en la que se produce la música por fuera de las grandes empresas discográficas. ¿Cómo se llevan con eso?
La verdad es que está buenísimo, estar en ese contexto en donde por ahí no solo se trata de hacer música, sino también de buscar los mecanismos para moverse y para colaborar entre todos. Me parece que el espíritu de eso está muy bueno y estar rodeado de un contexto así es súper positivo. Obviamente que hay un montón de cosas a desarrollar. Tampoco es que todo es súper efectivo o que todo funciona muy bien. La autogestión tiene sus grises pero es algo… es un camino que uno elije sino buscaríamos la forma de estar en otra estructura, ya sea en un sello discográfico o una productora pero al fin de cuentas, nosotros siempre nos sentimos súper cómodos y libres haciéndolo así.
-En su disco “El Templo Sodoku” hay un tema que se llama La Niña. Ahí incorporaron una frase de un tema de Leo Dan. ¿Eso se dio por casualidad, fanatismo oculto o una simpe referencia?
Jajajaj. Salió medio de casualidad digamos. La idea del sampleo es justamente tomar pedacitos de canciones viejas, fue algo que siempre nos atrapo mucho. Es como crear música con fragmentos de otras canciones y estábamos como grabando unos teclados arriba de esa frase y en un momento dijimos: Che, esto suena re lindo, lo metamos en el disco. Entonces lo produjimos un poquito más y quedó.
No hay un guiño específico ni nada. Si bien Bernardo es santiagueño y por él hemos escuchado mucho folclore de allá, la verdad es que tiene más que ver con la diversión que otra cosa.
– Cuando hablaban de su trabajo “Verbo” decían que tenía que ver con cuestiones que eran más personales. ¿Cómo definirías Doble de riesgo?
El concepto central de este disco es que todos somos dobles de riesgo de nosotros mismos, en lo cotidiano, en lo normal de nuestra vida.
– ¿Cómo fue el proceso de grabación de Doble de Riesgo?
Durante el 2016 y 2017 estuvimos tocando EL Templo. Doble de Riesgo nos tomó casi un año y medio de trabajo sin grandes diferencias con procesos anteriores. Grabamos mucho y maquetamos un montón hasta que fuimos encontrando el camino para llegar al sonido que estábamos buscando. No queríamos repetirnos y superar nuestro disco anterior. Sentíamos que estábamos haciendo algo nuevo para nosotros mismos; en ese proceso uno de los puntos fuertes que trabajamos son las letras porque era el costado que más nos costó, donde queríamos encontrar en ellas una identidad, lograr trasmitir un concepto y que eso se entendiera.
– Al tener el disco listo con tanto tiempo de anticipación y al haberlo escuchado tantas veces ¿Les pasó de llegar a un punto de querer cambiar algo o están conformes con el resultado en general?
La verdad es que nos encanta y creo que eso es por un montón de cosas que fuimos aprendiendo en el proceso, de hacer algo cuyo resultado nos siga gustando y no que pasen dos meses y decir: ‘¡Uh! como me hubiese gustado hacerlo de otra manera’ o de querer cambiar algo.
Estamos muy felices con el resultado en general, tanto en el sonido como en las letras. La verdad que es un disco que nos gusta mucho.
– Recibieron buenas críticas por la versión del tema de Charly García “El karma de vivir al sur”, que grabaron con Luca Bocci ¿Cómo se sintieron ustedes y porque decidieron grabar con Luca?
Doble de riesgo estuvo listo desde finales de noviembre, principios de diciembre del año pasado pero como en las vacaciones todos nos dispersamos un poco, decimos no sacarlo, aguantarlo y bancarlo hasta marzo de este año. En ese ínterin que fue enero y febrero encontramos una beta que fue comenzar a probar versiones de temas que nos gustaban mucho, para no aburrirnos, para sacarnos la necesidad y para producir.
Eso se convirtió en algo que nos atrapó mucho mas de los que nos esperábamos, lo empezamos a tomar en serio y surgió la idea de hacerlo con músicos que son amigos y con los que ya habíamos compartido escenario, con esos que nos cruzamos un montón de veces y que además nos gusta su música. Así que terminamos ese cover y lo subimos para compartirlo. Eso nos ayudó incluso para estar activos y estar en agenda, digamos.
-Se viene la presentación del nuevo disco, el 5 de mayo en Club Paraguay; ahí, ¿van a tocar solo Doble de Riesgo o harán un repaso por los discos anteriores?
En comparación con el resto de los shows anteriores va a ser algo más largo. Si bien vamos a presentar Doble de Riesgo también vamos a tocar temas de El templo. Además, como invitados vamos a tener a L’Esec y Gonza Nehuén de Mendoza. Y va a musicalizar Rodri Ulloa.
Producción, redacción y edición: Julieta Herrera y Ángeles Mendoza Herrera
Foto: Fede Kenis